La premisa la conocimos hace casi 3 años, en la primera presentación de The Division en la E3. En el ya infame Black Friday, un acto de terrorismo logra infectar a todo EEUU con un virus mortal a través de los billetes. Gracias a las millones de transacciones que se realizan ese día, la cantidad de infectados crece rápidamente a números impactantes. El gobierno colapsa. Para empezar a volver a tomar el control y restaurar el orden, -al tiempo de ayudar a crear una vacuna contra el virus- ciudades enteras son puestas en cuarentena. El caos es tan extenso y violento que la única forma de lograr el objetivo es a través del grupo de Elite secreto del que el protagonista es parte (Strategic Homeland Division).
Sin embargo, a pesar de ya conocer la historia, el video de introducción parece volver todo a cero. Las escenas –nada de CGI, todo es 100% actuación de gente de carne y hueso- dan la idea de que el escenario fantástico que plantea la historia es no sólo terrible y duro, sino real y posible.
Es con una historia fuerte y bien planteada que el juego nos pone en la piel de uno de los agentes de campo a cargo de la difícil misión en la ciudad de Nueva York.
El gameplay es lo que podemos esperar de un shooter moderno en 3ra persona. Cubrirse y disparar. Repetir. LA AI es previsible pero de vez en cuando algún enemigo armado solo con un bate se encarga de desbancar los intentos por quedarnos detrás del mismo auto o cajón durante varios minutos.
El realismo se deja de lado cuando llegan los enfrentamientos. Los enemigos no caen con 1 o 2 balas. Sus barras de salud son extensas y ayudan a extender la duración de los combates. Es el modelo que decidieron tomar, en lugar del otro camino que incluye grandes tiroteos contra varios rivales de poca salud. Quizás un poco de acción a mayor escala ayudaría a diferenciar un enfrentamiento de otro. Los grupos enemigos suelen estar compuestos por las mismas “clases” en la mayoría de los casos, restando dinamismo y credibilidad a la situación tan bien planteada por el entorno.
The Division tiene elementos clásicos de RPG en su núcleo. Niveles, experiencia, habilidades pasivas y activas, creación de ítems, destrucción de otros para generar materiales y una gran variedad de armas primarias y secundarias con sus propias modificaciones. Una buena implementación da al usuario la posibilidad de elegir de que manera quiere formar a su personaje, y que tácticas quiere utilizar para enfrentarse a determinada situación. Pero si la decisión fue incorrecta en algún punto, se pueden resetear los puntos para asignarlos nuevamente sin costo ni consecuencia algunos. El sistema de loot se empieza a sentir luego de hacer algunas misiones secundarias, y a la hora o dos ya se torna completamente adictivo.
Los controles son un aspecto especial. Los movimientos no se sienten pesados y casi todas las acciones en el joystick están donde uno las espera. Excepto por los botones para esconderse –A- y saltar un objeto –B-. Cuesta acostumbrarse, al punto de que más de una vez perdí batallas por reaccionar instintivamente y ponerme de frente a 3 o 4 fusiles apretando el botón equivocado. La falta de acciones como saltar o agacharse complican más la situación. Pero hay un movimiento “distintivo” que más de una vez me salvó de una situación complicada: el roll. No creo que en la vida real girar por el piso a lo largo de 15 metros te salve de una balacera, pero por suerte en The Division la estrategia funciona temporalmente. Al menos, esta encontrar el próximo escondite.
La estructura de juego es especialmente fuerte en las misiones principales de la campaña, que tiene una duración aproximada de 30 hs. Sin embargo, entre cada una, es casi necesario completar las actividades secundarias que van apareciendo para no quedarse atrás con los niveles recomendados para cada misión.
La mayor diversión aparece al momento de jugar cooperativo con amigos. Aunque The Division es perfectamente apto para completarlo solo, armar equipos eleva exponencialmente el factor entretenimiento y es dificil volver atrás después. Revivir a los caídos, generar estrategias de ataque, tener personajes con diferentes habilidades que tengan su propio rol… en el mismo nombre del juego está la indicación de que con ayuda, la complejidad y la dificultad crecen haciendo más interesante todo.
Contrariamente hay un área llamada Dark Zone, que funciona al mismo tiempo como un coop casual y como PVP. En este lugar se encuentran no solo los jugadores que buscan enemigos humanos, si no también aquellos que están a la caza del, probablemente, mejor loot de todo el juego. El tesoro está custodiado por rivales controlados por la IA. Las posibilidades de vencer crecen si nos aliamos temporalmente con alguien más, pero lo que pase luego es imposible de predecir. Lo que encontremos al triunfar puede ser arrebatado por nuestro ahora ex-compañero, que con un puñal por la espalda demuestra que su objetivo estaba antes que la camaradería.
Este aspecto se siente muy natural gracias a la ambientación del juego, en donde la ciudad grita la palabra “supervivencia” en cada rincón. La implementación es correcta y agrega un elemento muy interesante que es, probablemente, uno de los puntos fuertes y verdaderamente característicos de The Division. El público de FPS o 3rd person shooters que merodea por los MMO en busca de sistemas de looteo va a encontrar acá una combinación que hace valer cada minuto y centavo invertidos en el juego.
Al hablar de lo técnico -en especial lo visual- no se puede dejar de lado la pregunta “¿Qué pasó con los gráficos de la E3?”. La versión jugable de The Division no se ve como en las promesas que nos hicieron hace años. Y si, tampoco es la primera vez que pasa de mano de la misma empresa –ajem, Watch Dogs- pero el downgrade visual y algunos esporádicos bugs pueden pasarse por alto por el resultado en el gran trabajo de ambientación.
Ubisoft logró superarse con esta recreación digital de la ciudad de la gran manzana. Los detalles abundan, la atmósfera de crisis está muy bien establecida y en ningún momento se pierde la sensación de que el estado actual del lugar es consecuencia de una situación violenta y completamente inesperada.
No quiero dejar de mencionar la buena sincronización de los diálogos con los movimientos de boca de los modelos. Al menos el de los que si hablan. Porque el héroe de turno a nuestro cargo es silente, a la Link de The Legend of Zelda. Quizás en un shooter en primera persona sea menos notoria la falta de personalidad del personaje. Pero en este caso hubiera sido interesante tener una idea también de lo que pasa por la mente del protagonista.
The Division se perfilaba como uno de los grandes juegos del año. Y el lanzamiento, aunque viene de la mano de los ya esperables bugs y downgrades, indica que todo va por buen camino. Está disponible para Xbox One, PS4 y PC. Para quienes tengan la opción de elegir plataforma, la recomendación es ir por aquella plataforma en la que tengan la posibilidad de jugar online con amigos.
Plataforma Utilizada para Review: Xbox One
